‘Hombre casa: Todo fachada’

Tal y como está estructurada la sociedad de la economía de mercado no es extraño que el éxito de hombres y mujeres se mida por el poder adquisitivo. Y, claro, el éxito abre tantas puertas que algunos tratan de aparentarlo viviendo una vida irreal, que acaba siendo angustiosa.  Durante el boom de la burbuja inmobiliaria eran muchos los hombres casa que vieron frustradas sus expectativas de éxito en la vida cuando los bancos les embargaron casas, coches y les dejaron endeudados a algunos de por vida. 

 

‘Macho reproductor’

‘Macho reproductor’ es una obra que representa a un tipo de hombre que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos conocido. Se trata de esos hombres que piensan con la polla y tienen muy desarrollado el instinto reproductor. Tanto es así que lo tamizan todo a través del sexo. Hay machos reproductores heterosexuales y homosexuales. 

 

‘Hombre coche; todo carrocería’

El número de adicciones que se han incorporado a los hábitos de consumo en las sociedades regidas por el capitalismo no para de crecer. La consagración definitiva del culto por el cuerpo lleva a personas, sobre todo hombres, a aumentar el volumen de la musculatura, hasta diámetros poco saludables. Esta es una obra que aborda con humor la adicción al gimnasio y los anabolizantes, aunque en algunos casos es dramática. 

 

‘IO’

Una de las principales paradojas de las sociedades de consumo actual: El cánon de belleza masculino y femenino es el más delgado en la historia de nuestra especie y, sin embargo, nunca ha habido tantos obesos en nuestra especie como en la actualidad. Claro, las sociedades de la libre oferta y demanda retroalimentan de forma recíproca a diferentes sectores. Las marcas de comida, refrescos y comida rápida invitan a consumir excesos de grasa, mientras que el sector médico farmacéutico no hace más que inventar nuevas técnicas para adelgazar. 

‘Eileen’

‘Eileen’ es el título de una obra que invita a la reflexión sobre las sociedades de consumo, que se nutren de paradojas como la machacante idea de que la juventud es el camino hacia la felicidad, mientras la esperanza de vida se sitúa en los niveles más altos de la historia de la humanidad. Las actrices de Hollywood se quejan de que a partir de los 40 años dejan de recibir contratos para protagonizar películas; la industria cosmética y la quirúrgica nos bombardea con publicidad para mantenernos esclavos de nuestros propios deseos, inalcanzables, por cierto, porque no se puede luchar contra el paso del tiempo. Toda esta frustración desemboca en sufrimiento. Eileen es el nombre de la fotografía de una anciana que encontré en internet. De ella, cogí el patrón de arrugas para envejecer el retrato de Marylin Monroe cuando contaba solo 25 años.

‘Forever young’

‘Forever young’ aborda, al igual que ‘Eileen’, paradojas como el hecho de que la esperanza de vida sea la más alta de la historia de la humanidad y, sin embargo, la juventud se premia como el principal camino para lograr el éxito. En otras sociedades, sabemos, la ancianidad está ligada a la sabiduría y el respeto por el mayor es dogma. Sin embargo, la ancianidad en las sociedades de consumo se afronta como un problema y para muchos un estorbo. 

 

‘Always happy’

El rostro de esta obra, que por el lado reflejado parece estar riendo y por el pintado se muestra en una mueca de llanto desconsolado, es el que invita a la reflexión sobre la búsqueda de la felicidad extrema que subyace en los mensajes con los que nos bombardea la sociedad de consumo y sus peligros. Los psicólogos se muestran preocupados porque los jóvenes creen necesario estar feliz a todas horas y sienten frustración al no poder lograrlo. Jóvenes y adultos vivimos rodeados de imágenes de personas que viven en constante felicidad y, ante tal abrumadora muestra de alegría, no queremos ser los únicos que sienten tristeza y nos limitados a seguir la cadena. Escondemos lo negativo y mostramos lo positivo o lo inventamos, nada más alejado de la realidad.

 

‘Tomatazo-like’

Esta obra es una metáfora visual de la hipocresía sobre la que se erige la sociedad de lo ‘políticamente correcto’. En la obra vemos símbolos que se contradicen, aunque uno no es más que el reflejo del otro. El hecho de que un tomate despanzurrado, signo de la crítica destructiva, se vea en su parte reflejada como un corazón, símbolo de ‘me gusta’, plantea la paradoja sobre la que se sustentan las relaciones sociales. Basicamente se traduce en la actitud hipócrita de regalar sonrisas y criticar a espaldas; mostrarse libre de prejuicios en público y demostrar que está lleno de ellos en la intimidad. Es una forma establecida de socializar que los políticos han convertido en arte.  Esta obra está pintada con óleo y aplicaciones de medio punto con hilo de algodón siguiendo los detalles de color de la pintura.

 

‘Ahogada por la fama’

La mujer que retrata esta obra es uno de los perfiles resultantes de una sociedad cada vez más mediatizada. Por supuesto tiene su versión masculina. Los jóvenes se miran cada vez más en personas que alcanzan la fama de forma fulgurante y muchos trantan de emularlos. La persecución de la fama y la popularidad  se ha convertido en un estilo de vida que, mal gestionado, puede acabar ahogándote.  La fama te corona durante una fracción de tiempo y te ahoga si te aferras al voluble reinado de la popularidad.  Hablo del concepto «15 minutos de fama» vaticinado por Warhol.